La violencia de pareja puede darse en cualquiera de los dos sexos. Estamos mas acostumbrados a verlo del hombre hacia la mujer y tendemos a dudar cuando sucede lo contrario. Nos parece que la mujer es el sexo débil y no podría ser violenta.
Sin embargo es más frecuente de lo que suponemos la violencia doméstica hacia los hombres.
La violencia no es solamente golpes sino también hostigamiento, palabras hirientes, comportamientos que intimiden a la otra persona, amenazas, abuso emocional.
Siempre hay un tema de control sobre el otro y de poder en la pareja.
En general no se muestra desde el principio de la relación sino al contrario, al comienzo puede ser incluso lo opuesto, pero luego comienzan lentamente a mostrar signos de control y abuso emocional. Si fuera claro desde el principio las personas no se sentirían confundidas a respecto y sería mas fácil romper con esa relación, pero no es así. Estos comportamientos empiezan de a poco y se van instalando mientras todavía están otras conductas que parecen contradecir esto. Por esa razón a veces la víctima se siente culpable de desatar la ira de su pareja. O se creen merecedores de ese maltrato, incluso algunos lo justifican.
En general la persona que agrede se disculpa y promete no volver a hacerlo, pero no puede sostener esto y al poco tiempo vuelve a agredir.
Ese círculo de violencia va en aumento hasta que llega un punto que es insostenible.
O puede pasar a veces que lo normalicen, lo cual es peor porque el grado de manipulación y de toxicidad de esa relación hace que esto se tome como normal.
No hay que confundir que una pareja pueda discutir, con lo que significa violencia. Muchas veces las parejas tienen diferencias pero se resuelven en el diálogo, en la negociación. Es diferente de la agresión, donde una de las partes quiere que el otro se comporte de una forma predeterminada o será castigado. No hay dos opiniones ni negociación posible.
Cuando el hombre es víctima de violencia y es consciente de que esto está mal, le cuesta expresarlo porque piensa que nadie le va a creer, o que van a pensar que es una excusa y que es al revés. Ya que esta tan instaurado en la mente de todos que el hombre es el sexo fuerte y por tanto el posible violento y la mujer el sexo débil, que es difícil que pueda probar que es víctima de violencia. Muchas veces al hombre le genera vergüenza admitirlo y mas aún pedir ayuda.
Algunos acuden a grabaciones o testigos para poder demostrarlo. Incluso la pareja muchas veces le dice que no le van a creer por más que la denuncie. Si bien es mas común que la mujer realice violencia psicológica, puede llegar a la violencia física haciendo que el hombre se tenga que defender y así hacerle creer que él también es violento. Que está en su naturaleza ser así y que es un signo masculino, llegando a confundirlo en si se tiene que defender o no.
Son manipulaciones que se dan en determinados tipos de personalidad, en general son mujeres narcisistas con características psicopáticas. Y cuando el hombre se deja manipular asi en general es una personalidad con características mas dependientes, donde deja que la mujer lo domine.
La violencia hacia los hombres puede darse en parejas heterosexuales u homosexuales. En estas últimas el castigador lo hace con su pareja también en una relación de abuso de poder sobre el otro.
A veces el hombre está siendo muy manipulado y le cuesta darse cuenta que es víctima de agresión, ya que ésta se manifiesta de varias maneras. Hay otras formas también de agresión, algunos indicadores son:
-Agravios, insultos o desprecios.
-Control de todas las conductas del otro, sin darle opción a su libertad o privacidad. Incluso su dinero y gastos. La ropa que se pone.
-No le deja tener amigos o realizar actividades por fuera de la pareja.
-Sus celos y actitud posesiva la explicita todo el tiempo desconfiando que la engaña.
-Le corta actividades , ya sea laborales, de estudio, deporte , hobbies, etc.
-Cuida mucho que vaya a llamar a un profesional de la salud porque teme ser descubierta y perder ese control.
-Amenazas reiteradas de todo tipo. Desde agredir a contar secretos de su pareja y hacerlos públicos.
-También golpes patadas, arañazos, empujones. Tirar cosas.
- SI tienen hijos chantajearlo y amenazarlo con que no le van a creer nunca a él o que no los va a ver más sino hace lo que ella desea.
Por eso hay que buscar ayuda profesional para salir de estos círculos insanos.
A veces es difícil detectar como se dan estos patrones de comportamiento en la pareja.
Si no logras identificar lo que está sucediendo, toma distancia y analiza los principales patrones que se repiten de agresividad en tu relación. Mira como se da la secuencia de los signos de violencia doméstica. En una relación abusiva, la persona que usa estos comportamientos de manera rutinaria es el agresor, es quien empieza. La persona del lado receptor es la que está siendo agredida.
Aunque no lo veas con claridad, busca ayuda. La violencia en la pareja causa daños físicos y emocionales, mas allá de quién sea el culpable. Y por supuesto afecta mucho también a sus hijos en el caso que los haya.
La persona que es agresiva tiene un problema que no va a resolver solamente con voluntad porque no sabe como hacerlo o incluso la mayoría de las veces no quiere porque sino perdería el control sobre el otro, por eso es necesario pedir ayuda profesional.
Hay personas que son bárbaras y muy amables para el “afuera” pero en la interna de su casa cambian por completo. Esas personas son más difíciles de detectar; en cambio otras su carácter las traiciona y su agresividad es más general.
Sea cual sea la situación, no hay que tolerar comportamientos agresivos de nadie. Cuando estas situaciones se perpetúan el problema lo tienen ambos miembros de la pareja, la víctima y el hostigador ya que no pueden salir de dicho círculo.
Ps. Silvia Cardozo
Terapeuta Cognitivo Conductual. Cel: 099 18 39 50
Compartir: