Ceci es Licenciada en Comunicación, mamá de dos nenas y coach. Su vida dio un vuelco hace unos años luego de su separación, lo que la impulsó a trabajar en su felicidad y autoestima. Hace dos años que brinda talleres y cursos sobre relaciones tóxicas, crisis y amor propio. Hoy su cuenta de Instagram @soycecividal es furor, y este año creó una herramienta de citas que es un éxito.
Estudiaste Comunicación, cuándo elegiste la carrera, ¿qué te imaginabas haciendo a futuro?
Era bastante tímida, aunque siempre fui de hablar hasta por los codos, de cualquier tema y sin filtro, pero claro, siempre que fuese en un círculo de confianza. En facultad se prendía una cámara y me temblaban las piernas, literal. Sí me imaginaba trabajando en agencias de publicidad como lo hice unos años, eso era lo que me gustaba. El trabajo de mi padre siempre estuvo vinculado a la publicidad y desde chica lo viví con mucha cercanía y pasión, así que me imaginaba más por ese lado.
Después me aburrió, trabajé en marketing y durante 12 años hice Revista Upss!. Si bien era otro público, fue tremenda escuela para generar contenidos, y aplico todo lo aprendido en lo que sea que esté pasando con mi cuenta de Instagram hoy.
Desde tu Instagram @soycecividal aconsejas mucho a otras chicas en su etapa de separación, soltería, la vida misma, y principalmente como decís tú, en trabajar sobre el amor propio. ¿Qué te llevó por este camino?
Me separé con dos bebas, de dos meses y dos años y medio, estaba sin dormir, cansada, triste y muy frustrada. Siempre fui muy "Susanita" y lo que me estaba pasando no era para nada algo que me gustara. Me costó mucho aceptar que mi vida ahora era esta, que la familia que había formado no funcionó como hubiese querido. El pase mal, para qué mentir. Estaba enojadísima y me costó aceptar mi parte de la culpa. Al año de separarme escribí sobre cómo me sentía. Desde los 12 años escribía poemas y algún cuento, y lo había dejado de hacer por bastante tiempo. Es decir, escribía para Upss! Pero no sobre mí misma. Eso que escribí sobre la separación me hizo sentir bien, fue muy liberador, y a partir de ahí empecé a escribir como forma se sanar, de sacar para afuera. A su vez, ese texto se viralizó por WhatsApp y me empezó a escribir mucha gente con la que hace tiempo no hablaba, contándome que se sentía identificada. Mis amigas me empezaron a alentar para que contara más, para que me hiciera un blog o un Instagram. No me animé, hasta un año después, y cada tanto posteaba algo, pero por momentos me daba miedo la exposición y hacía la cuenta privada.
¿Y qué cambio?
Las ganas de ayudar, y el hecho de que cada vez me sentía mejor y más segura conmigo misma. Y terapia de por medio, obvio. Todo eso me impulsó.
Al principio hablaba de la separación, después de estar soltera otra vez, sobre las apps de citas, mis salidas, las preguntas de mis hijas, los deberes, los zooms en pandemia, volver a creer en el amor, ensamble de familias, y cuando quise acordar estaba contando mi vida, que resultó ser parecida a la de muchas chicas.
También sos Coach, ¿cómo nace el interés en esta disciplina?
Justamente de hablar tanto con las seguidoras. Sentí cierta responsabilidad y necesitaba más herramientas para ayudar. Siempre me quedó pendiente estudiar psicología. Lo intenté más de una vez, pero no se dio, primero porque recién casada me fui a vivir a Punta del Este, y luego no encajaba en mi vida de mamá.
Empecé a escuchar acerca del coaching, averigüé y me anoté sin pensar, antes de poder arrepentirme. Trabajaba muchas horas en un hotel y me daba miedo no poder con todo. Pero viste que cuánto más activa estás, más podes con todo, y eso fue lo que me pasó.
Contanos un poco sobre el coaching, ¿a qué apunta?.
El coach acompaña al coachee (la persona “entrenada”) en ciertos procesos para conseguir determinados objetivos. Lo más lindo que tiene es que siempre surgen cosas que estaban ahí, al alcance de la mano y el coachee no las veía. Ese momento de revelación, me encanta, es como que todo cierra. Para mi cada sesión también es enriquecedora porque es un proceso que toca a las dos partes, te deja pensando.
Llegan a bien porque pasaron algo parecido a ti, o bien algo totalmente diferente, pero siempre hay algo que aprender de quienes se acercan.
Ambas partes somos iguales, estamos al mismo nivel y eso hace que la gente se cope con el coaching, porque se abren con tranquilidad, no se sienten tan "analizados". Siempre me dicen que es como hablar con una amiga.
En tu cuenta de Instagram contas que tu separación fue un antes y un después, y que tuviste que hacer un proceso largo para sanar. Durante todo ese proceso, ¿qué fue lo que te ayudó a ti? Contanos cómo viviste esa etapa y que análisis podés hacer a partir de tu experiencia.
Las primeras en ayudarme fueron mis amigas, estaban ahí para todo. Mi familia también, claro. Pero mis amigas inventaban que venían a tomar el té a casa y me ordenaban la casa, porque yo no podía con todo. Todas en algún punto me ayudaron con algo. Estaban pendientes y eso fue fundamental.
Hice terapia y fue raro porque cuando me senté le dije: "estoy horrible de autoestima, vengo a trabajar eso", y me sorprendí yo misma al escucharme, porque yo creí que iba por la separación. Pero claro después me di cuenta que todo parte del amor propio, que es imposible tomar buenas decisiones si no nos queremos. Y de ahí que ahora mis cursos y talleres se basen en eso. Si no nos queremos y aceptamos, es muy difícil elegir bien, porque lo hacemos desde el miedo, la vergüenza, buscando agradar, o lo que sea. Pero cuando me amo, elijo desde el amor y sabiendo que "soy un lujo que no cualquiera puede darse", como digo siempre. Y no es creerse mil, es quererse mil, es saber que yo tengo algo para ofrecer que nadie más lo puede dar como yo. Ahí mi superpoder. Si yo me quiero me relaciono sanamente con mi entorno y tengo más chances de generar una vida que me haga feliz.
Y por ahí también entiendo que la decisión de la separación estuvo bien, porque les enseñó a mis hijas que hay más de un camino para ser feliz y que es una decisión diaria. Que hay opciones, y que solo es cuestión de saber cuáles tomar.
En eso vengo pensando hace días, que más que una buena educación, bienes materiales o lo que sea, quiero dejarles a mis hijas buenas herramientas para amarse, porque podés ser el mejor de la clase, pero si no te queres, probablemente te lleguen buenas oportunidades que no tomes o directamente elijas mal. El que elije desde el amor lo hace para acercarse a algo. El que lo hace desde el miedo, por ejemplo, lo hace para alejarse. Son decisiones totalmente opuestas según desde dónde se tomen.
Hace poco creaste una nueva herramienta que es furor, el Cecinder, contanos un poco qué es y cómo surge.
No sé cómo empezó, te juro. Estoy de novia hace un tiempo y muy cada tanto aparece algo de mi novio, que es re perfil bajo. No tiene redes ¡imagínate!, bueno si tiene un Facebook en el que no publica nada hace un millón de años. Bueno la cosa es que me empezaron a preguntar si mi novio no tenía algún amigo, así como para "tirar a la hinchada", y la verdad es que no tenía ninguno. Pero se me ocurrió alguien, y medio sin tener mucha idea le dije si se prendía, que no sabía cómo iba a ser la dinámica pero que nadie iba a saber quién era. Me dijo que sí, después medio que se arrepintió, pero como ya me había dicho que sí, se la jugó. Le pedí que escriba su perfil, onda edad, si tenía hijos, a qué se dedicaba, que le gustaba hacer, que buscaba en una chica y qué tenía para dar. Después de presentarlo, abrí una cajita para que las chicas le hicieran preguntas, me llegaron 200 fácil. Elegía 30 y se las pase, el respondía y yo las subía. Al final se pone otra cajita para postularse y las chicas a las que les había gustado, tenían que poner en pocos caracteres por qué debería elegirlas. Le hacían invitaciones, se presentaban, de todo un poco. Me sorprendió el nivel de creatividad, de apertura, y pocos prejuicios. Por último, el candi recibe capturas con las propuestas de las chicas y se ve la foto de perfil, pero mínima, sin nombre mi nada y tiene que elegir con eso. No es fácil lo sé porque le llegan 40 como mínimo. Al principio elegía 6 pero era un relajo porque salían con todas y no era la idea. Entonces ahora elijen 3 pero les doy solo el contacto de una. Si no funciona puede pedirme la siguiente.
Ya van 7 candis (los candidatos que se presentan). Ellos son más vuelteros, dudan, no se quieren exponer, les da cosa conocer a alguien así. No todos, pero cuesta un disparate conseguir candis. En cambio, las chicas re van para adelante, seguras, divertidas y sin tanto mambo. Es más, miraba a ver si no serían chicas argentinas, prejuicios lo sé, pero acá somos más conservadores por lo general y las chicas estaban re sueltas. De hecho, hay chicas argentinas que quieren candis para ellas, con lo que me cuesta de pique conseguirlos para acá, jaja.
¿Por qué crees que está teniendo tanto éxito?
Y yo creo que con la pandemia la gente está aburrida y necesita reírse, y esto les divirtió. También pasa, por lo que me cuentan, que las apps de citas están algo aburridas, y muchísimas mujeres, sobre todo, no se animan a entrar. Y bueno esto es algo distinto, no se exponen tanto, se evitan todo el embole de conocer a alguien y las preguntas típicas, porque acá ya las responden, entonces si llegan a salir es más fácil romper el hielo. Aparte me dicen que confían en mí que estoy atrás siendo algo así como un algoritmo, jaja. Se forma una pareja posta y dicen nos conocimos por CECINDER, y me muero, jaja.
Y aparte esto es tan chiquito que todos especulan sobre quién está atrás de cada candi.
¿Pensaste en llevarlo a algo más lejos como una app o algo así?
Me lo dijeron mucho y por unos días tuve la cabeza a mil con eso, pero no le sacaba la movida. También me decían que me ponga una agencia tipo Mary Cioli, pero no me cerraba, no es lo que me gusta. Me divierte sí un rato, pero a mí me gustan dar cursos, talleres, las sesiones, no sentarme a cruzar datos. Por ahí estoy perdiendo una oportunidad, pero ya hace un tiempo que decidí llevar mi vida por un camino de intentar hacer sólo lo que me haga feliz y en esto veía algunos dolores de cabeza que decidí evitar.
Ahora el finde hay una edición especial por zoom. Son 7 mujeres y hombres en un zoom, nos unimos con Mastra que les lleva cervezas y la idea es charlar, jugar a algún "yo nunca", hacer algún juego onda "la botellita", "cuatro oscuro"... veremos que sale. Es tipo cuando hacías previa con grupos de otros colegios. Y al final si a alguno le interesa alguna o viceversa, me avisa y los contacto.
Cuando alguien llega a ti por primera vez en alguna sesión o taller puntual sobre todo en temas de amor propio o relacionamiento, ¿qué es lo primero que le preguntas?
Lo primero que le pregunto es por qué viene. Y me encanta porque la mayoría de las veces nos terminamos dando cuenta que la razón no era tan así. Ponele me dicen: "no avanzo en mi vida", y cuando empezamos a indagar, acaban de empezar una segunda carrera, están conociendo a alguien y acaban de empezar un emprendimiento. O "todo me sale mal", y no es tan así.
De ahí la importancia de cómo nos vemos y qué nos decimos. Es lo primero que trabajamos, aprender a hablarnos con amabilidad y más amor, como nos vería alguien que nos quiere mucho.
Si tuvieras que definirte en una sola palabra, ¿cómo te definís?
Esta me costó, le pregunto a mis hijas y me dicen agradecida y sí, me gusta. Feliz también, hoy te puedo decir que soy feliz.
¿Cuál es tu idea de la felicidad?
Una vida sin grandes sobresaltos, sin preocuparme mucho por el qué dirán, trabajando de lo que me gusta, y con puertas que se van abriendo y que no sé a dónde llevan, pero eso me encanta. Disfrutando de cada momento diario con mis hijas y mi novio, cuando está. Creo que eso es algo que aprendimos más con esta pandemia, a disfrutar el ahora, porque mañana ni idea.
Fotografía: Gabriela Roullier
Maquillaje: Copelia Studio
Compartir: