Inés Arrosa ya dejó de ser simplemente la hija de Margara Shaw, para ser quien se ocupa de la empresa familiar y logra darle un giro fresco, actualizando la marca a nuevas tendencias y al ritmo urbano. Nos recibe en su casa de Carrasco, la cual refleja un estilo etéreo y simple, el mismo desde el que conversa sobre una marca que lleva más de 30 años en el mundo de la moda uruguaya, y de la cual ya es un referente.
Sos hija de una figura central de la moda uruguaya, ¿cómo fue ser adolescente en ese mundo?
Cuando era chica mi madre era una mama común y corriente, en realidad. Empezó con la boutique a los 42 años, o sea que yo ya tenía 16. Cuando digo “empezó” no fue como sería hoy en día, que abrís una marca y un local, y lo publicitás. Fue muy de a poco; comenzó vendiendo ciertas prendas en la buhardilla y todas las clientas tenían que pasar por toda nuestra casa para llegar a su lugar de ventas. Algo muy insólito, pero así fue, y durante muchos años convivimos con su trabajo. Hasta que, de manera natural, fue creciendo de a poco. Lo que quiero decir con esto es que para mí la moda siempre estuvo en casa, aprendimos de ella sin darnos cuenta, y lo vivimos como algo lindo.
De tres hermanas mujeres sos la única que terminó cien por ciento vinculada a la boutique, ¿por qué?
Somos cinco hermanos, tres mujeres y dos hombres; mis hermanas estuvieron vinculadas en los comienzos pero luego se alejaron por razones personales. Pero al ser una empresa familiar, tanto su vinculación como la de mis hermanos continua; me apoyan mucho en la toma de decisiones y también en lo emocional. Somos muy unidos.
¿Estudiaste Diseño o aprendiste sobre la marcha?
No estudié nada vinculado a la moda, hice unos años de Administración de empresas y soy maestra de inglés, profesión que ejercí hasta que decidí dedicarme a trabajar en Margara Shaw. Era otra época, recién empezaba a funcionar la Escuela de Diseño y no existían ninguna de las otras opciones que existen hoy. Pero el diseño y el gusto por la estética y los detalles los tenemos marcados a fuego; fueron cosas que siempre estuvieron en casa.
De un tiempo a esta parte se ha notado un cambio en la imagen de marca de Margara Shaw…
Hace unos meses notamos que no estábamos logrando llegar a nuestras clientas a través de la comunicación; hacíamos campañas que gustaban pero no recibíamos la respuesta que esperábamos. Fueron varias las reuniones que tuvimos que tener para entender cuál era la mejor manera de llegarles, de hablarles de igual a igual, especialmente a esa clienta que le ocurren cosas, que experimenta cambios. Como parte de ese proceso nos dio una charla Dominique Sarries, que ha sido directora creativa de empresas muy reconocidas, y nos ayudó a impulsar la creatividad que cada uno de nosotros tenía adentro.
Fue así que la encargada del departamento de Diseño (Florencia Bianchi) un día vino y nos contó su idea a Guillermo Trifoglio (encargado de Planificación y Marketing) y a mí: mirar a la mujer adulta, a esa que es nuestra clienta y a la que le queremos hablar y preguntarnos “¿qué les pasa, qué siente, qué precisa?” Así empecé yo a pensar también en eso porque, con 48 años, soy el público objetivo de MS. Con ese puntapié inicial comenzaron otras tantas reuniones con nuestra agencia de publicidad (Pipa) y surgió el cambio de imagen: no mostrar más a modelos jóvenes sino a mujeres reales, y de cierta edad, para que las clienta logren sentirse identificadas. O sea, hablarles de igual a igual.
Es una movida jugada pero que muchas marcas del mundo han vuelto tendencia.
Sabíamos que nos metíamos en un camino mucho más complejo que el transitado hasta ahora, pero el desafío nos parecía que valía más que la pena. Así fue como yo, como referente de la marca decidí ser parte de esta campaña “ Mujeres Margara Shaw”, donde las protagonistas somos mujeres reales, con arrugas, pero con mucha experiencia de vida, que aparecemos en fotos naturales (y sin photoshop), para mostrarnos de verdad; porque esa verdad tiene un montón de cosas para contar, y muy lindas.
Durante años Margara Shaw era de las pocas opciones de moda nacional, hoy son miles las diseñadoras uruguayas, ¿cómo repercutió ese “boom” en ustedes?
Yo más que hablar de marcas nacionales hablaría, como bien decís, del “boom” del Diseño, con autores nacionales o internacionales. Porque la realidad es que es increíble cómo ha cambiado todo en los últimos ocho años. Llegaron muchísimas marcas internacionales a Uruguay y surgieron un montón de diseñadoras jóvenes que abrieron sus locales propios. Esto se ha sumado a la era digital, a las redes y realmente es otro el trabajo que hacemos comparado con el que hacíamos hace unos pocos años atrás. Antes era todo más fácil, competir con cinco marcas es más sencillo que con 100, pero, por otro lado, eso hace que el desafío sea mayor porque tenemos que sorprender cada vez más a las clientas, y no dejar de confiar en nuestra experiencia.
Su estilo apunta, sobre todo, a mujeres mayores de 40 años, ¿por qué?
Como te comentaba, mama empezó con este proyecto cuando tenía 42 y, bueno, diseñaba prendas para ella y sus amigas, así que fue el nicho elegido. De todas maneras, a nosotros no nos gusta hablar de edad, porque las prendas son muy versátiles, las podés usar para miles de ocasiones, según cómo las combines y el rango etario para su uso es muy grande. Nos pasa que se las compra una madre de 50 y después viene la hija con la prenda puesta, pero con un short o con una combinación mucho más jugada que la de la madre, pero que la hace lucir con muchísima onda.
¿Qué te parece lo más lindo de tu trabajo?
Qué pregunta difícil. La verdad es que me gusta todo, pero sin duda lo mejor es ver a las clientas irse de los locales felices con sus compras, y no te digo nada cuando al otro día llaman para contar lo bien que se sintieron en la fiesta o el evento que tuvieron, que las súper ponderaron: es un sentimiento inigualable. Uno le pone tanto amor, tanta dedicación a cada prenda, a cada detalle, que cuando ves que hay gente que lo aprecia, lo valora, y agradece, es increíble. Cuando veo a clientas con prendas de hace cinco, diez o quince años atrás, que están en perfecto estado y súper vigentes, eso también me llena de orgullo. Porque una de nuestras metas es lograr un estilo único, exclusivo, con una calidad que perdure. Y entre las cosas que me gusta hacer también están las producciones de fotos y comunicar en las redes sociales, que me apasionan.
¿Y lo que menos te gusta?
Cuando no lográs plasmar una idea, cuando te entregan producciones con defectos.
¿Qué prenda no falta en tu guardarropa?
Tener una marca me da la posibilidad de darme ese lujo: Si pienso en las partes de arriba, el 90% de las remeras, camisas y tops que tengo son blancos o crudos (los colores claros son los que mejor me quedan a la cara); son muy sencillos, pero siempre con ese detalle imperceptible que lo hace ser Margara Shaw. Y si pienso en partes de abajo, los jeans son un básico que uso un montón y ahora estoy fascinada con la moda de los pantalones cortos, como también con los súper largos; es lo que estoy usando todo el día.
¿Qué prenda jamás vamos a verte usar?
Algo muy llamativo, no va con mi perfil.
¿Cómo es un día en tu vida?
Soy madrugadora; sea invierno o verano, preparo el mate y salgo para el jardín, a veces no sé ni a qué, pero salgo. Si es verano a regar o a podar; me encanta tener ramos con flores y plantas de mi jardín, así que cada dos o tres días tengo que renovarlos porque se me pusieron feos. Algo siempre encuentro para hacer ahí.
Después de levantar a los chicos (no tan chicos, tienen 21,19 y 17) y prepararles el desayuno, me voy a hacer algo de deporte, ya sea caminar, correr o jugar al tennis. De ahí a trabajar todo el día y cuando llego a casa me encanta estar tranquila para enterarme de lo que mis hijos y mi marido han hecho, cómo fue su día, etc. Y generalmente una noche a la semana la dedico a mis amigas, que con los años felizmente he cosechado en varios grupos, ya sea por mis hijos, por el deporte o por el colegio, ellas son las de toda la vida.
Ping pong
— ¿Un color?
— Blanco
— ¿Una prenda?
— En verano, un pantalón de lino blanco y en invierno un tejido de Margara Shaw
— ¿Una marca de moda uruguaya que no sea Margara?
— Calmo
— ¿Un perfume?
— “Manifiesto”, de YSL
— ¿Tu lugar en el mundo?
— Mi casa, con mi familia.
Compartir: