Tuve que salir de la zona de confort a los 50 años, y eso está muy bueno.


PERIODISTA Y ESCRITORA DE RAZA  DECIDIÓ DARLE UN GIRO A SU VIDA Y COMENZAR DE NUEVO. ASÍ ES MÓNICA BOTTERO , LA MUJER QUE DIRIGIÓ GALERÍA DURANTE 17 AÑOS, UNA REVISTA QUE HASTA HOY ES REFERENTE.

¿Cómo fueron tus primeros pasos en el periodismo?

Empecé muy joven, siempre estuve vinculada. Ya a los 14 años dije que quería ser periodista deportiva dado que mi familia estaba vinculada al fútbol. Siempre me interesó la escritura, estudié en la Escuela Nacional de Declamación que resultó una gran escuela de formación. Ingresé ahi con siete años,  te enseñaban a interpretar un texto, leer poesía, a no interpretar lo que lees de formal literal. Por lo que siempre supe que me iba a dedicar a algo que tuviera que ver con escribir, con contar.
A los diecisiete en el años 1981 gané un concurso en la revista El Gráfico y el premio era venir a ver el Mundialito acá a Uruguay. Para mí en es momento el premio mayor era poder conocer a todos los periodistas que allí trabajaban que en ese momento eran mis ídolos. Luego fui a el diario El día,  el gran diario del momento. Para mi era lo máximo entrar en esas puertas de bronce y sentir el olor a tinta. Moría por trabajar ahí. Además era una escuela de formación porque en ese momento no existía la Carrera de Comunicación o Periodismo,por lo que sólo tenías un curso en UTU o la carrera de letras.

¿Cómo entraste a trabajar en El Día?

Tenía un contacto con  el Dr. Julio María Sanguinetti,  fui hasta su oficina varias veces y le pedí si me podía ayudar. Me pasaba horas en su estudio para que me atendiera. Le pedía cartas de recomendación para poder entrar al diario. Debo haber ido unas diez veces. Un día casando me preguntó qué era lo que quería, hasta que finalmente me escribió una carta de recomendación. El director de El Día me recibió y le pedí por favor  trabajar en deportes. Así que digamos que gané el trabajo por insistencia. Imaginate que  mujeres en periodismo deportivo en es momento era algo impensable. Me tenían ahí sin hacer nada o me mandaban a hacer torneos de golf en el Cerro, en una época en que el golf tenía poco espacio. Hasta que un día un compañero de El Día que estaba en política me preguntó si quería hacer un informe sobre jugadores de fútbol. El trabajo quedó muy bien y fue así que me pidieron pasar a trabajar en la sección de política. Era  pleno proceso de transición a la Democracia, por lo que dije que sí feliz. Cubrimos momentos como la vuelta al país  de los comunistas, la llegada de Zitarrosa, la vuelta de los hijos de los exiliados. Marchas por la rambla con caravanas larguísima en las que iba en  camioneta roja de El día cubriendo todo. Íbamos en la caja,  con el fotógrafo cubriendo cada evento. A todo el grupo de periodistas que participó en ése período del país nos llamamos la generación del 83.  Fue en esos años que  me engancho para ir a Cuba ya que buscaban periodistas jóvenes para ir a hacer un curso de la Unesco.  Me terminé quedando tres años, pero siempre yendo y viniendo. En es momento se funda Brecha, de la cual también participé. Era la época en  estaban Benedetti, Hugo Alfaro, entre otros periodistas que para mi estaban  en el bronce. Terminé siendo corresponsal de Brecha en Latinoamérica.

¿Qué anécdotas tenés de esa época?

 Una vez estaba en Cuba en un recital de Pablo Milanés y los que estaban sentados atrás mío dicen  ¨háganle lugar a Gabo que viene más tarde¨. Escuche eso y quedo helada...y sí “Gabo” era Gabriel García Márquez en persona. El vivía en Miramar en ese momento, que es como el Carrasco de La Habana. Y  entraba  al teatro como si nada.  Igualmente había un  código  que no se jorobaba a la gente,  así que ante semejante situación no podías hacer otra cosa más que emocionarte. No te parabas a pedirle  notas ni autógrafos. En Cuba en esa época te cruzabas con esos personajes permanentemente.

¿Cómo se da tú llegada a Búsqueda?

Cuando llego de Cuba me llaman de Búsqueda y ahí es donde corto con un estilo de periodismo
más comprometido y me dedico  a hacer periodismo independiente. Fue una etapa donde hice un proceso personal. En  Búsqueda trabajé de 1988 a 2017.

¿Cómo se dio la propuesta de ser editora de Galería?

En el  grupo de Búsqueda siempre tuvimos el concepto de que Danilo (Arbilla, director del semanario)  siempre tenía la razón y que si él decía algo por algo era. Le discutíamos todo y después siempre se daba lo que él decía. Nos daba mucha bronca pero siempre resultaba así. En determinado momento me dice que quería hacer una revista ya que necesitaban otro tipo de soporte, básicamente necesitaban que las mujeres leyeran Búsqueda. Él me plantea que me encargue yo porque según él yo reunía dos conceptos:  tenia la visión femenina y  entendía lo que Búsqueda quería y cómo trabajábamos.

¿Es cierto que te enojaste?

Según Danilo lloré cuando me pidió eso, yo no creo ni recuerdo que eso pasara, lo que sí me enojé mucho.  No entendía porqué me mandaba a hacer eso. El insistía que el periodista es buen periodista cubriendo casa de gobierno, una guerra o un desfile. De a poco me fui haciendo la idea. Viajé a El País de Madrid a la revista que tenían de los domingos para ver cómo trabajaban, ya que ¡no tenía idea ni lo que era una producción de moda!
Después de mucho tiempo me di cuenta que cuando uno tiene oficio y enfrenta con sentido profesional cada trabajo y nota, puede hacer una nota de cualquier cosa aplicando las herramientas del oficio.  Recién salimos en el año2000. En el peor momento del país, con una crisis inminente. Pero apostamos porque era justamente cuando la gente necesitaba leer buenas noticias. Queríamos generar contenido y que la gente disfrute. No queríamos que fueran intrascendentes, sino interesantes y entretenidas.

¿Te molestaba  que colocaran a Galería en el lugar de una revista frívola?

Si, por supuesto, sufrí muchísimo por eso, era algo que me hacía mal. Todos los que trabajábamos en Búsqueda teníamos un sentido  casi sectario de ¨ser de Búsqueda¨,  era como una escuela periodística. A todos nos importan lo que pensaran nuestros pares y mis colegas, a los cuales  yo respetaba se reían y me decían ¨estas en Galería hoy¨. Y eso me dolía muchísimo.
Por otro lado sacar Galería implicó enfrentar una resistencia interna dentro del semanario.  Se planteaba cómo podía ser  que un semanario tan serio y profesional sacara una revista con mujeres lindas en tapa y a color. Además de que salía caro.  Lo cómico es que a los pocos años Galería facturaba más que Búsqueda, representando  el 70% de la facturación.

Sentías un desprestigio por tu trabajo...

Sí, pelee mucho para que los de Búsqueda  reconocieran internamente a profesionales que trabajaban en la revista. Sobre todo chicas jóvenes que eran egresadas en Ciencias de la Comunicación pero en ese momento  si entrabas a trabajar en Galería o en Búsqueda te consideraban de dos formas diferentes,. No importaba si eras un diez en tu tesis,  si trabajabas en Galería te miraban diferente.


Galería marcó una época en el periodismo... sobre todo en la sección sociales. ¿Cuánto tuviste que ver en todo esto?

Sí marcó una época, pero fue un gran trabajo en equipo de todos. A los fotógrafos los corrían para sacarse fotos, los volvían locos. Los primeros años Danilo nos decía ¨ tenemos que lograr una revista que la gente diga si no estás en Galería no existís, si tu evento no sale en Galería es cómo si no lo hubieras hecho¨ a mí eso ¡me parecía un horror! Pero se dio tal cual.
Nos llamaban para seis eventos por día, me peleaba con los avisadores y organizadores porque no nos daba para cubrir todo. Tratar de congeniar los contenidos y sociales con lo comercial daba mucho trabajo. Igualmente siempre hubieron espacios que no se vendían, porque a mi me gustaba generar contenido que no fuera solo comercial. Había secciones que hasta el día de hoy son sagradas y no se venden.

¿Es cierto que tuviste problemas con los directores más de una vez por algunos dichos tuyos?

Sí, una vez me hicieron una entrevista de Voces  donde me preguntaron si había hecho todo lo que soñaba en mi vida, a lo que  contesté que no, que mi sueño era dejar Galería y dedicarme a escribir libros. Y lo pusieron en un recuadro. ¡Me llamaron al orden, tuve que ir al directorio a dar explicaciones! Me retaron... ¿cómo podía decir algo así?, ¿qué era lo que me tenía disconforme? Pero yo no tenía que explicarle mis sueños a nadie. Así que si vamos a los hechos  esta documentado que si era por mi  ¡de Galería me iba!

¿Cómo se dio tu partida?

Hacía dos años que me quería ir, pero no me podía ir sin otro trabajo. Pero llega un momento que uno se satura de algunas cosas. A mi me gusta ser periodista, ya sea cubriendo una guerra o entrevistando a un diseñador de moda. Me empecé a cansar, se lo plantee más de una vez a Claudio ( Paolillo) y le pedí ser editora de Cultura de Búsqueda, estaba cansada  de las obligaciones comerciales, de los eventos.  En los últimos años me sentía en una jaula de oro y  eso que tenía un buen sueldo y todos los beneficios de los canjes que eran enormes.

¿Daba miedo soltar lo seguro?

Sí claro, mi marido además es artista y yo ganaba más que él , siempre fue así, nunca fue un tema para mi, me enamoré  de él sin mirar cuánto ganaba, es una persona maravillosa. Por lo que  soy un sostén importante en la casa económicamente. Además después de que llegas a determinado nivel profesional  ya no podes ir para atrás a pedir trabajo como redactora. Estuve mucho tiempo analizando todo esto. En las reuniones con Claudio él  me decía ¨dejáte de jorobar con ir de editora de cultura¨. Pero  a mí no me importaba  ganar menos, podía complementarlo con otra cosa,   yo quería cambiar. Pero no  fue hasta que   viene el terremoto de la crisis del papel, Claudio se enferma a quien yo quería mucho y con quien trabajé durante 30 años y otra catarata de problemas que  empezaron los cambios grandes . Fue un momento feo.

¿Terminaron mal las cosas?

Mas o menos, Yo no quería continuar de la forma que ellos me planteaban por lo que sentí un despido indirecto de alguna manera. Finalmente terminamos en un acuerdo privado.

¿Qué significo Galería para ti?

Una época muy linda, que personalmente me dio muchas satisfacciones y reconocimientos.

¿Cómo surge esta nueva etapa laboral?

Al mes de rime de Galería me llaman de Canal 4 para el programa Todas las Voces. Un trabajo que me encanta. Para mi empezar a los 53 años a trabajar en tv fue  insólito, algo que en otra época era impensable. El trabajo en revista Noticias surge en noviembre de 2017. Así que por suerte todo se dio bien, las cosas se fueron acomodando. Tuve que salir de la zona de confort a los 50 años, y eso esta muy bueno.

¿Tenés alguna cuenta pendiente?
Dedicarme solo a escribir libros. Tener mi propia oficina para escribir, vivir de eso.




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