La madrina es uno de los pilares clave de una boda. Como madre del novio o de la novia, la madrina se convierte en sostén y contención. Escoltar y proteger a los novios durante el viaje de la boda es uno de los cometidos de la madrina.
En el local ubicado Benito Blanco y rodeadas de géneros y telas exóticas, entrevistamos a Claudia Bica, dueña de Maison C, mítica casa de telas por donde han pasado infinidad de novias y madrinas para que nos cuente cómo vivió la experiencia de ser ella madrina por primera vez.
¿Cómo fue cuando te entraste? ¿Qué fue lo primero que te vino a la cabeza?
En el momento que nos enteramos me invadió una felicidad inmensa y muchas ganas de vivir y disfrutar junto a mi hijo este momento tan importante. Pero inmediatamente empezaron a aparecer muchas interrogantes ya que organizar un casamiento no es tarea sencilla. La lista de ítems a resolver y decidir es interminable y a veces suele resultar agotador. Una vez definido lo esencial me centré en los detalles. Quería algo sutil, algo inesperado que pueda sorprender al invitado.
¿Cómo fue la elección del traje?
La elección del traje de madrina no fue fácil. Comencé por ordenar mis ideas, debido que tenía varias, pero lo que me ayudó a decidirme fue hablar con los novios. Le consulté a mi hijo cómo esperaba verme ese día y su respuesta fue: “tú ya sabes lo que me gusta y lo que no me gusta ma…”; y la respuesta de la novia: “ponete lo que te guste, seguro vas a estar bien”.
Basándome en estas pautas, que para mí fueron muy importantes, comencé a pensar en los colores. Es muy importante el tema de la armonía de colores, no solo entre las madrinas, sino con las flores elegidas en la iglesia, la decoración del local, todo debe ir bajo una misma paleta de colores. En relación al diseño, tuve en cuenta la fecha, la temperatura que podría llegar a haber ese día, el lugar de la fiesta y la hora. Luego de tomar en consideración estos temas me puse a pensar… yo no quería un traje de fiesta, fiestas tenemos un montón, yo quería un traje que me permitiera ser lo que era en ese momento: una madrina feliz! Feliz de ver y acompañar a los novios, y así terminé de definir mi traje: sutil y cómodo pero a la vez con mucha personalidad.
¿Qué ventajas te dió tu trabajo a la hora de planear el casamiento de tu hijo?
Al estar en contacto permanentemente con tantas madrinas sé lo lindo y lo feo, lo que sale mal y lo que sale bien. Eso me permite saber qué inquieta a una madrina. Con el tiempo uno además tiene claro lo que a una le gusta, me gusta la armonía de colores, de diseño, esos detalles yo ya los tenía claros de antes.
¿Cómo se pusieron de acuerdo las mujeres de la familia los colores, los diseños?
La primera en decidir fue María Elena, mi hija que dijo que ella quería ir de rojo. No hubo ningún problema.
Yo había estado de viaje poco antes y me imaginaba que en breves se ve venia el casamiento por eso me traje algunas opciones, la capa que finalmente usé, un tul bordado divino, algunas telas que pensé para mi o para luego vender en el local.
Carola la mamá de la novia fue la segunda en elegir, un tapado en encaje dorado pesado espectacular, y luego fuimos viendo juntas la base, que era clara y le daba luz. Estaba espectacular. Todo era de Maison C por lo que el compromiso era doble! Era la mamá de la novia y la vestía yo, así que tenia que estar diez puntos. Fue fantástico, confiaba plenamente en todo el equipo.
La hermana de la novia luego eligió las telas aca, unas plumas divinas, se armó un traje fascinante.
La última fui yo, les mostré a las chicas las opciones que tenía, y les encanto el tafetán en degradé con la capa, y ahí qued´p todo definido y feliz. El periodo entero de los trajes, el armado, se disfrutó momento a momento toda la familia, el resultado fue excelente.
Un detalle que recomiendo es poner una hora y lugar para fotos familiares, todo fluye mejor y no se pasan horas sacando fotos y buscando a la gente. El que no estaba no estaba y listo.
También darle la importancia que se merece a la ceremonia. Llegar media hora antes a la iglesia, es fundamental porque uno llega, se calma y calma a quienes están nerviosos.
¿Dónde te preparaste?
En mi casa, muy tranquila, Tenía tres planchas! Yo seguía planchando mi traje como loca, me obsesiona que tuvieran algún detalle. Al final me las escondían!
¿Quienes te acompañaron en la previa?
Ese día tenía a Vera, alguien experto en el tema y de mi máxima confianza para transmitirme tranquilidad, también estaba mi mejor amiga, gente que quiero para disfrutar del momento. Es un momento único, irrepetible, hay que tener conciencia del momento para disfrutarlo, vivirlo.
Por último les dejo un consejo: es importante que se tenga en cuenta el significado de la palabra madrina… queremos sorprender con flores, comida, el lugar y no nos animamos a veces a ser una gran madrina!
¿Qué recomendás a las futuras madrinas?
Es importante tener a alguien que te asista, y manejar los tiempos. Ese día no hay que hacer más nada que tomar un buen desayuno,ir a la peluquería y estar tranquila. Pasar tiempo con la novia o el novio, ¡dedicarse a disfrutar. Al salón hay que ir el día antes pero ese día no, hay que relajarse. Incluso me pasó de ir a la peluquería sin auto para no manejar y cuando me fui a pedir el uber a la vuelta ¡no había ni taxis ni uber! No podía caminar veinte cuadras con el moño y el frío que hacía. Al final me fue a buscar una amiga. Pero existen imprevistos...por eso es clave estar bien de tiempos.
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